Dentro del actual contexto de globalización, las fronteras se hacen cada vez más estrechas no sólo en el ámbito comunicacional, y el rubro económico no es la excepción. Fruto de ello es la inversión extranjera, que surge como una opción estratégica para posicionar una marca corporativa, fuera del territorio donde surgió su capital original. Esta herramienta de la globalización responde básicamente a la necesidad de las empresas que deseen dar el paso cuantitativo y cualitativo a la transnacionalización. Dentro del istmo centroamericano Nicaragua es una excelente propuesta, principalmente para la inversión en rubros relacionados a la industria, pesca y comercio en general.
En los últimos 20 años, la inversión extranjera ha sido un mecanismo de generación de buenas oportunidades tanto para el empleador como para el empleado en el país pinolero. El pujante crecimiento económico a largo plazo, la promoción de la transformación productiva a través de la transferencia tecnológica y la contribución a más y mejores empleos son los beneficios fundamentales que se buscan para el desarrollo económico y social dentro de Nicaragua.
Tomar a la inversión extranjera como una vertiente de utilidades en Nicaragua, es una opción que no pasa por desapercibido dentro de las políticas estatales del país centroamericano, ya que para contribuir por un desarrollo económico y social sostenible, el estado nicaragüenses le apuesta a la persuasión de la inversión extranjera directa de calidad. Desde 1991 hasta 2011, según datos oficiales, se ha totalizado la inversión extranjera directa de USD$4,045 millones. Este dato indica una cifra modesta, pero a la vez es una luz verde para el inversionista internacional, ya que aún no se han explotado de forma optimizada las ventajas que ofrece este país para la puesta activa de un capital extranjero.
Las empresas que más invierten en el país nicaragüense son las que se encuentran relacionadas a la industria, específicamente en el sector maquila, pesca y comercio. En materia de zona franca, las oportunidades laborales van enfocadas a la parte operativa, específicamente en la manufacturación de los productos, en su mayoría textiles, y administraciones afines, que van desde jefaturas de supervisión por departamento de producción hasta gerencias, dependiendo de las capacidades del empleado.
La pesca, que actualmente es un terreno econónomico subutilizado pero de grandes dimensiones potenciales económicas, enfoca sus oportunidades laborales a la ejecución del oficio como tal. Sin embargo, el área administrativa de las empresas de dicha naturaleza, exige una profesionalidad enfocada a carreras afines a la administración empresarial como: contadores, administradores de empresas, asesores y promotores de venta. Mientras tanto, el sector comercio ofrece una oportunidad laboral basada en la compra/venta, es decir, toda acción que implique el negocio ya sea por distribución de productos importados o dentro de los productos agrícolas. Su campo profesional laboral es bastante amplio en general.
Desde inicios de los años 90, la inversión extranjera que más a ha predominado en giro de la zona franca industrial en Nicaragua, predominan dos empresas textiles y una enfocada al rubro de la Minería. Sin embargo las concernientes a la industria textil son en coinversiones de capital norteamericano y local. Hablamos de las textileras “Neptuno” y “Ronaco”. Mientras que las que pertenecen a la categoría minera, la refinadora “CRECEN”, es mayoritariamente estadounidense, con algún capital costarricense. Fuera de la Zona Franca.
Actualmente esas son las más importantes empresas nacionales dentro del rubro industrial. Sin embargo, el gobierno nicaragüense busca promover la expansión de las transnacionales que actualmente operan en Nicaragua, ESSO y la tabacalera British Tobacco Corporación, para colocarlas como ejemplo y atraer a otros inversionistas internacionales.
Autor: Tecoloco Nicaragua
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